La nuestra es una historia de perseverancia, innovación y profunda conexión con los valores fundacionales de las familias que emprendieron el negocio. Hace más de un siglo, cuando los primeros martillos comenzaron a forjar acero en Elgoibar, no solo estábamos creando herramientas, estábamos iniciando la forja de un legado.

Desde aquellos días tempranos en los que producíamos cuchillos y herramientas de mano, hasta nuestra actual producción de piezas de automoción de alta tecnología, nuestra evolución ha sido testimonio de adaptabilidad al entorno y de un espíritu de compromiso con la excelencia. Hoy, con una facturación de 120 millones de euros y dos plantas productivas en Elgoibar y Detroit, hemos consolidado una posición de liderazgo en el sector gracias a una estrategia que combina innovación tecnológica y participación activa de los trabajadores. Uno de los pilares fundamentales de nuestra gestión del legado es la innovación. A lo largo de los años, hemos invertido en tecnología de vanguardia para mejorar nuestros procesos de forja y adaptarnos a las demandas cambiantes del mercado. La integración de sistemas automatizados, la utilización masiva de robótica y la implementación de técnicas de fabricación avanzada nos han permitido no solo aumentar la eficiencia y la calidad de nuestros productos, sino también reducir nuestro impacto ambiental, alineándonos con nuestra misión de sostenibilidad y compromiso a largo plazo.

La participación de los trabajadores en la gestión, en los resultados e incluso en el capital es otro componente crucial en nuestra estrategia. Fomentamos un ambiente en el que cada empleado se siente parte integral del proyecto empresarial. Esto, además de fortalecer el sentido de pertenencia, también impulsa la creatividad y el espíritu innovador. Los trabajadores de Alcorta no son meros ejecutores de tareas, sino colaboradores activos que contribuyen con ideas y mejoras que, en muchos casos, han llevado a desarrollos significativos en nuestros productos y procesos. Nuestro enfoque en la sostenibilidad es también un elemento clave en la gestión del legado. Una sostenibilidad entendida como un compromiso con el largo plazo tanto con nuestros stakeholders como con el entorno y el medio ambiente. La industria del acero tradicionalmente ha sido intensiva en recursos y energía, pero estamos adoptando prácticas más sostenibles para minimizar nuestro impacto ambiental. De esta forma, no solo cumplimos con regulaciones ambientales cada vez más estrictas, sino que también respondemos a la creciente demanda de productos responsables por parte de nuestros clientes.

La expansión global, con la apertura de nuestra planta en Detroit, es una muestra de cómo hemos sabido aprovechar las oportunidades del mercado global sin perder nuestras raíces. Esta planta no solo nos permite atender mejor a nuestros clientes en América del Norte, sino que complementa y diversifica nuestro mercado, reduciendo notablemente los riesgos y contribuyendo, por lo tanto, a esa visión de largo plazo. De cara al futuro, nuestra visión es clara: «100 años más». Este lema describe, por un lado, nuestra identidad, tradición y el legado de quienes nos han precedido, y por otro refleja nuestro compromiso con el futuro, la excelencia y la innovación constante. Sabemos que la industria seguirá cambiando y que surgirán nuevos desafíos, pero estamos preparados para enfrentarlos con la misma determinación y espíritu pionero que nos ha caracterizado durante el último siglo.

En resumen, la gestión del legado en una empresa centenaria como la nuestra implica un delicado equilibrio entre tradición e innovación. A través de la in- novación, la participación de los trabajadores, el compromiso con la sostenibilidad y la expansión estratégica, hemos logrado reinventarnos y asegurar nuestro lugar en la industria 100 años más.